🥇 ¿Qué es la apatía? | Soluciones Emocionales

¿Qué es la apatía?

Es el estado anímico en el que nos encontramos cuando percibimos la vida sin capacidad de sorpresa, espontaneidad, ilusión, en resumen, todo nos parece indiferente e insípido.

¿Porqué estoy apático o apática?

Porque estoy poniendo mi atención en el lugar equivocado.

Estoy enfocando mi atención en lo que me falta, o en lo que no es como me gustaría, y la he retirado de mi riqueza.

Es como el niño que solo desea el juguete cuando no lo tiene, y teniendolo piensa en el que ya no tiene o en el que le gustaría tener.

La apatía y la depresión

La depresión es un estado de tristeza que se ha intensificado en exceso, o que se ha mantenido demasiado tiempo.

La tristeza tiene una finalidad biológica indispensable, pero mal utilizada puede ser la puerta de entrada a estados muy poco deseables.

Cuando nos sentimos tristes, manifestamos actitudes apáticas. Si la depresión es una intensificación excesiva de la tristeza, evidentemente manifestaremos actitudes apáticas más extremas en estados depresivos.

La apatía y la depresión se retroalimentan mutuamente como una discusión de dos personas radicalizadas en opiniones políticas extremas y contrapuestas. En esencia tienen las mismas características, es solo el envoltorio lo que los diferencia. 

La apatía emocional

La funcionalidad de la tristeza es de adaptación al medio, y por tanto de supervivencia. 

Tras lo que sentimos como una pérdida, o una derrota, sentimos una potente reducción de nuestra fuerza física, y es entonces cuando aparece la apatía.

Como he escrito antes, la apatía es la sensación de que todo es insípido e indiferente.

Esto ocurre porque junto con la reducción de fuerza física que aporta la tristeza, aparece una gran dificultad para sacar nuestra atención de aquello que tenga que ver con la pérdida o derrota, que nos produjo la tristeza.

Ese estado favorece el modo de encontrar la manera de adaptarnos a la nueva situación y adquirir sabiduría en caso de repetirse.

La atención es una expresión de valor/amor, si toda nuestra atención está puesta en la derrota, sin ser conscientes de ello, estamos valorando/amando a la derrota y a la pérdida. 

Soy consciente de que esto se puede sacar de contexto y poner en mi boca que la tristeza se puede escoger.

El dolor emocional no es opcional en general en la vida, pero es muy común convertir el dolor emocional en sufrimiento emocional, y esto sí que es una construcción “opcional”.

¿Medicamentos para la apatía?

Es habitual escuchar comentarios contrarios a la medicación para corregir estados emocionales.

En mi opinión personal, la medicación es como los pañales, cuando un chiquillo no sabe controlar sus necesidades prestan un excelente e impagable servicio. Pero si se prescinde de una disciplina de aprendizaje para generar un hábito de autosuficiencia, el propio uso del pañal acaba siendo un problema.

Excepto en casos concretos en los que características especiales hacen recomendable continuar usando pañales, lo más adecuado es, utilizarlos, a la vez que se trabaja para dejar de necesitarlos.

Remedios y soluciones para la apatía

La apatía es la incapacidad de ver más allá de ”nuestra historia”. Es ponerle condiciones a la felicidad. 

Por ejemplo: “ Desde que me he jubilado estoy apático” en este caso, podemos estar ante una persona que se ha identificado en exceso con su trabajo.

Es como tener un huerto del que dependa nuestra alimentación, y sembrar un solo tipo de hortaliza. Si aparece un condicionante que no sea favorable para cosechar de esa hortaliza, podemos tener problemas para alimentarnos.

Generalmente detrás de una persona de reducidos roles hay una dificultad intensa para moverse fuera de la zona de confort, que dicho sea de paso, yo prefiero llamar zona previsible.

Esto lleva a la persona a una autolimitación que la mantiene dentro de su zona previsible. La dificultad aparece cuando esa zona previsible ya no puede ser frecuentada.

Siguiendo el ejemplo del jubilado; si su zona previsible era su rol como trabajador, y sus condiciones físicas han cambiado y ya no puede ejercer ese rol, la persona puede caer en un vacío de identidad. 

Si no tiene con qué sustituirla, es probable que tenga una profunda sensación de tristeza, lo cual es una herramienta para readaptarse, pero si no consigue adaptarse y la tristeza se cronifica comenzará una retroalimentación de tristeza y apatía que le dificultará su equilibrio emocional.

Por lo tanto, un gran vacuna contra la apatía, es ser conscientes de lo importante que es para nosotros hacer visitas frecuentes a la zona de no confort, o sea, a lo imprevisible, a lo que nos resulta incómodo no por el acto en sí, sino porque nos autolimitamos por vergüenza, o creencias y valores excesivamente rígidos, que nos hacen el mundo más pequeño.

Aprender a sentirse cómodo en la incertidumbre, y fuera de nuestros roles habituales, es una prevención inestimable para evitar la apatía.

Sinónimo de apática

Selectiva, inadaptada, estrecha de miras, víctima de sí misma, equivocada, tozuda, vergonzosa, rígida, monótona, exigente, intransigente. 

La apatía y la bioneuroemoción

La bioneuroemoción es una herramienta de autoconocimiento que nos guía hasta la puerta de entrada al “Yo sin Yo”.

Ese “Yo sin Yo”, es totalmente inmune a la tristeza, y por tanto a la apatía.

Cuando hacemos algo plenamente entregados, suele desaparecer el concepto del yo, pero no el yo en sí mismo. A eso me refiero con el yo sin yo. 

Cuando el “Yo sin Yo” está activado se carece de pasado y de futuro cognitivo, y por lo tanto se está plenamente presente.

La presencia plena produce una reestructuración, de la cognición y por tanto de la percepción, que nos aleja de estados de apatía y tristeza, para llevarnos a estados neutros donde la paz interior pueda manifestarse.

Esto no quiere decir que la bioneuroemoción sea un remedio contra la tristeza.

El remedio lo tenemos nosotros, la bioneuroemoción solo es una guía para evitar confusiones a la hora de usar nuestra herramienta innata.

Causas de la apatía

Pondré un ejemplo representativo de la sutilidad con que la semilla de la apatía comienza a germinar en nosotros.

Una conocida nos alienta a hacer algo, o acudir a un evento que está dentro de nuestro alcance y posibilidades, y que además no supone ningún peligro extraordinario.

En ese instante sentimos una sensación física un tanto desagradable probablemente en vísceras, pecho, cuello, cabeza. O bien una especie de cambio repentino de temperatura o incluso de «autotextura», me refiero a sensación de acorchamiento endurecimiento, o reblandecimiento físico.

En ese punto, aparece un automatismo mental extremadamente eficaz y veloz, que nos trae un espléndido surtido de motivos por los que no hacer lo que nos proponen.

Agarrarnos a esos motivos por los que no hacerlo, de una manera frecuente, es dar pasos en la dirección de futuros estados de tristeza y apatía.

Deja un comentario

Call Now Button
× ¿Cómo puedo ayudarte?